De acuerdo con información elaborada por el Servicio Provincial de Manejo del Fuego, los últimos cinco años la provincia atravesó temporadas de incendios forestales de creciente complejidad, tanto por la magnitud de los eventos como por las condiciones ambientales que los favorecieron.
Entre los factores de mayor incidencia se destacaron las sequías prolongadas, los vientos intensos característicos de la región patagónica, acumulación de combustible vegetal y la actividad humana. Estos elementos combinados incrementaron el riesgo de ocurrencia de incendios en los ecosistemas del bosque andino-patagónico y en áreas de transición hacia la estepa.
Según los registros del Servicio Provincial de Manejo del Fuego (SPMF), dependiente de la Secretaría de Bosques de Chubut, los últimos cinco años se registraron 436 focos y se vio afectada por incendios una superficies de 37.750 hectáreas. Entre ellos se destacaron los incendios de interfase que incluyeron la pérdida de infraestructura.
La principal causa de incendio fueron la negligencia, el descuido, o la intencionalidad. El 36% de los eventos se relacionan con quemas y el 25% fueron originados intencionalmente.
En lo que refiere a la vegetación afectada, el 47% fue de bosque nativo -especies nativas como ciprés de la cordillera, coihue y lenga- y el 18%, de matorral y pastizal. En zonas de transición hacia la estepa, los incendios también imàctaron formaciones arbustivas y pastizales afectaron el equilibrio ecológico y la regeneración natural del bosque.
Estos eventos no solo alteran la cobertura vegetal, sino que también repercuten sobre la fauna, los suelos y los recursos hídricos, generando consecuencias ambientales y sociales a largo plazo.
La jurisdicción del SPMF, establecida por Ley XIX N° 19 en el año 2004, abarca al oeste de la Ruta Nacional N° 40 y áreas adyacentes al este de la misma, que poseen bosque nativo y plantaciones forestales.

